jueves, 9 de junio de 2016

Carta al padre que nunca tuve y al abuelo que se fue

Hola, sé que es tarde…
Después de todo lo que vivimos lo único que se me ocurre es escribir.

Me encantaría, el poder vernos y hablar de esa charla siempre pendiente, de ese tema que nunca abordamos, pero que los dos sabemos. Algún día, cuando coincidamos, espero tener esa conversación contigo. También me gustaría que supieras todo lo que me enseñaste, que por cierto, se te olvidó decirme que era mucho más importante que cualquier enseñanza académica.

Si fuera posible me gustaría pedirte perdón, a causa de que mis últimas palabras contigo fueron desagradables y me quedé con esa angustia de que ''esas'' fueran mis últimas palabras para contigo. Te alegrará saber que aún tengo ese espíritu de auto-superación que me caracterizaba y que heredé de ti.
   
 Sabes que no creo en Dios, pero espero que estés en algún sitio mejor que este. Eras muchas cosas, pero sobre todo, eras todo corazón. Si es verdad que hay un lugar después de la muerte,espera paciente, que algún día cuando me falten las fuerzas te buscaré allá dónde quiera que estés. Y tendremos esa conversación que nunca tuvimos, ya que te tuviste que ir, siendo yo un niño.

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